No hay nada más emocionante que salir en una cita. Pero, aunque en muchas oportunidades todo sale perfecto y puedes disfrutar del momento, en otros casos suceden situaciones más vergonzosas de las que te gustaría. Así que, ¿cómo puedes afrontar los momentos incómodos en una cita? ¡Con humor! Hoy te contaré algunas de las situaciones más vergonzosas en las citas y cómo puedes reírte de ellas.
Llevas horas en el restaurante, las conversaciones van y vienen, y todo va muy bien. De repente, te das cuenta de que tu diente delantero está lleno de comida. Pero no hay espejos en el restaurante. No hay problema, piensas. Solo tienes que pedirle a tu cita que te diga si tienes algo en los dientes. Te das la vuelta y descubres que no tienen una idea de a qué te refieres.
Es normal sentir como si quisieras escabullirte debajo de la mesa, pero en lugar de eso, ¡ríete de la situación! Si la otra persona puede ver el lado gracioso de las cosas, entonces es probable que te sientas mejor también. Haz una broma al respecto, como 'Bien, al menos ahora sabemos que no soy una modelo'.
Es una de las cosas más dulces que alguien puede hacer por ti: traer un pequeño regalo a la primera cita. Pero, ¿qué pasa cuando el regalo no es lo que esperabas? Tal vez, te trae un paquete de chicles en lugar de una rosa, o una pelota de goma en lugar de un peluche. Si esto sucede, no te preocupes. En lugar de juzgar el regalo, aprecia el gesto.
Además, siempre puedes contar una broma sobre cómo planeabas ponerte una rosa en el pelo, pero que está bien, porque la pelota de goma es más fácil de limpiar que las espinas de la rosa. Si eres creativo, ¡puedes hacer que cualquier situación sea más divertida!
¿Has pasado todo el día pensando en qué ponerte para tu cita? Solo para darte cuenta que te pusiste demasiado formal o casual. No hay problema, ¡aprovecha la ocasión para bromear! Di algo como 'Estoy tan contento de que hayamos acordado un código de vestimenta, para que uno de nosotros al menos se vea adecuado'.
Si ambos pueden reírse un poco sobre la situación, entonces puede que la incomodidad se disipe.
Nadie quiere ser rechazado. Pero, si sucede, la mejor manera de lidiar con la situación es con humor. Podrías decir algo como '¡Vaya, qué alivio! Pensé que tendría que casarme contigo y llevarte a todas partes'.
Reírte de ti mismo también es una gran manera de gestionar la situación y hacer que la otra persona se sienta más cómoda.