Sí, lo sabemos, nos encanta recibir cumplidos. Ya sean por nuestro aspecto físico, nuestro trabajo, nuestras habilidades o nuestra personalidad, la sensación de ser reconocidos y valorados por los demás es, sin duda, muy gratificante. Sin embargo, a veces los cumplidos pueden convertirse en una trampa de la que es difícil salir sin caer en la arrogancia o en la modestia excesiva. ¿Cómo podemos aceptar un cumplido sin parecer engreídos pero sin menospreciar nuestra valía? A continuación, te damos algunas claves para salir del embrollo con elegancia.
En muchas ocasiones, cuando alguien nos lanza un cumplido, nuestra primera reacción suele ser negarlo. Pensamos que no es verdad o que el otro nos está halagando por interés. Sin embargo, es importante tratar de no tomárselo como algo personal y aceptar que, en ocasiones, los demás ven más allá de nuestros propios límites y nos valoran de forma positiva. Si te cuesta aceptar los cumplidos de forma natural, empieza por agradecerlos y luego déjalos pasar.
Una vez que aceptas el cumplido, muestra gratitud. Agradece a la persona que te lo ha lanzado el comentario y reconoce el valor que ha tenido para ti. Esto no significa que tengas que poner a la otra persona en un pedestal, sino simplemente que le hagas saber que valoras su opinión y que te alegra que te lo haya hecho saber.
Por otro lado, es importante que no caigas en la modestia excesiva. Aunque queramos parecer humildes y no engreídos, no debemos menospreciar nuestra propia valía. Si nos obcecamos en subestimarnos a nosotros mismos, estaremos dando una imagen negativa de nosotros mismos y, además, estaremos privándonos de la oportunidad de crecer y mejorar a partir de los halagos.
Otra forma de aceptar los cumplidos con elegancia es relativizar. Si alguien te dice que eres el mejor en algo, en lugar de tomártelo al pie de la letra, puedes contestar que hay muchas personas que son mejores que tú en ese ámbito, pero que agradeces que se hayan fijado en ti. De esta forma, estás aceptando el cumplido, pero no estás dando la impresión de que te consideras el rey del mambo.
En el ámbito laboral, los cumplidos pueden tener un plus de complejidad. Por un lado, es importante que sepas recibirlos y agradecerlos, ya que esto puede contribuir a tu desarrollo profesional y a tu autoconfianza. Por otro lado, debes tener cuidado en no parecer arrogante o presumido ante tus compañeros o tus jefes. La clave está en ser sincero, reconocer el trabajo que has realizado y tratar de enseñar en qué puedes seguir mejorando.
Por último, es importante que no te sientas obligado a corresponder con un cumplido a alguien que te ha lanzado uno. Si no tienes nada que destacar del otro, no pasa nada. Lo importante es que aprendas a valorarte a ti mismo y a aceptar los cumplidos con naturalidad y elegancia.
Aceptar un cumplido puede parecer fácil, pero en muchas ocasiones resulta complicado gestionar el impacto que tienen estas palabras en nuestra autoestima y en nuestra forma de relacionarnos con los demás. Sin embargo, si aprendemos a relativizar, agradecer y valorar nuestro propio talento, podremos salir del embrollo con la elegancia que se espera de nosotros.