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El día que decidí ser un payaso (y por qué fue la mejor decisión que tomé en mi vida)

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Introducción

Todo el mundo ha tenido en algún momento la idea de ser algo distinto. Dejar atrás lo que es "normal" y tratar de encontrar algo que realmente te emocione. Bueno, para mí, ese algo era ser un payaso. Sí, un payaso, de esos que usan pelucas y narices rojas. Y hoy quiero contarte por qué fue la mejor decisión que tomé en mi vida.

Mi historia

Mi historia comenzó hace unos años. En ese momento, estaba atravesando algunos momentos difíciles en mi vida. No estaba contento con lo que estaba haciendo, no me sentía motivado y estaba en una especie de limbo emocional.

Fue entonces cuando tomé la decisión de hacer algo completamente distinto. Decidí ponerme una peluca, maquillarme la cara y salir a la calle como un payaso. Al principio, la gente me miraba raro, pero con el tiempo, comencé a recibir una gran cantidad de sonrisas y abrazos por parte de desconocidos. Y de repente, me di cuenta de que estaba encontrando una felicidad que nunca había sentido antes.

Los beneficios de ser un payaso

Desde que comencé a ser un payaso, mi vida ha cambiado por completo. Y me gustaría compartir contigo algunos de los beneficios que he encontrado:

  • La risa: ser un payaso significa hacer reír a la gente. Y esto es algo que te hace sentir increíblemente bien. Ver a alguien sonreír o reírse gracias a una tontería que dijiste o hiciste es una sensación única.
  • La creatividad: como payaso, tienes que ser muy creativo para encontrar maneras de hacer reír a la gente. Y esta creatividad no solo se limita a los disfraces y los chistes, sino que se extiende a todos los aspectos de la vida.
  • La conexión humana: como payaso, puedes llegar a las personas de una manera que quizás nunca habrías imaginado. La gente se siente cómoda cerca de un payaso y esto puede llevar a conexiones emocionales muy fuertes.
  • La libertad: cuando eres un payaso, no tienes que preocuparte por las normas sociales. Puedes ser tan tonto o tan raro como quieras y no pasarás por extraño.

Conclusión

Convertirse en un payaso no será la taza de té de todo el mundo, pero para mí, fue la mejor decisión que tomé en mi vida. Los beneficios que he encontrado han sido innumerables. La risa, la creatividad, la conexión humana y la libertad son solo algunos de ellos.

Si estás luchando por encontrar tu camino en la vida, te animo a que encuentres algo que verdaderamente te guste. Algo que te haga sentir vivo. Y quién sabe, quizás un día decidas ponerte una peluca y una nariz roja, y te conviertas en un payaso también.